En la Unión Europea, la normativa (UN ECE Regulation 39) establece que la velocidad indicada nunca deberá ser inferior a la velocidad real con un margen de error máximo sobre la velocidad real del 10% + 4 km/h.
Un ejemplo: para un ritmo de 60 km/h, el límite de error máximo que el aparato señala es de 10 km/h. Es decir, si observamos que nuestro coche marca una velocidad de 70 km/h quiere decir que estamos circulando entre los 60 y 70 km/h, pero nunca por debajo de los 60 km/h. Otro supuesto: A 120 km/h, límite legal en autovía, tu velocidad real no sería inferior de 108 km/h.